Teletransportada

Un clic bastó para llevarme más alla de lo que pensé hace varios meses no volver a recordar otra vez.

Me ví en un cubículo pequeño, alfombrado, con paredes celestes y una pizarra verde con un pentagrama muy manchado de tiza blanca. En la otra pared, una ventana polarizada que daba hacia el edificio de enfrente, en una mañana con un cielo celeste lleno de algodones blancos. Desde ese vidrio se podian ver tambien las escaleras, que en ese tiempo me parecian que nunca iban a terminar.

Recuerdo que, sentada en ese banco, salio de mi pecho ensanchado un suspiro enorme... bajé la mirada y vi las teclas blancas, invitándome a ser tocadas. Subí la mirada hacia las páginas llenas de solfa y empecé de nuevo con la segunda parte...

Mis manos siempre han sido pequeñas, y me acuerdo perfectamente que cuando aprendí a tocar aquella pieza tuve que hacer varios pases de mi dedo de enmedio sobre mi pulgar, porque no me alcanzaban los deditos...

Ahora que escucho esto, he recordado tanto... me he sentido en aquel lugar tan tranquila, emocionada y segura de mí misma, que de verdad lo he extrañado demasiado, como nunca jamás esperé hacerlo. Para mí, eso ya estaba atrás, odiado y olvidado... pero veo que del amor al odio, solo hay un paso... un clic...