Cuando sabés el remedio de tu mal

Andando por la blogósfera, cruzando el charco como si se tratara de jugar "mar y tierra", riendo y suspirando con los post que por ahí me he encontrado, me doy cuenta que... no somos nada. xD

No.. bueno, también me doy cuenta de la mala costumbre que he dejado apoderarse de mí: el no poner tildes y abusar de mis caritas (o_O, xD, u_U, e.e...) por la weba ó incapacidad de describir con palabras lo que en realidad quiero decir. Para mí es un problema. Entiéndame u_U.

Pero, lo que más mi conciencia me reclama: es ahora el justo y puto momento que tengo para hecharle un vistazo al mundo y sus ideas, empapada de esperanzas y putas frases: "¡Qué vergón!" o, "Un día será..." y volver tranquila a mi rincón... heme aquí, inútil y llena de deseos arrinconados, como aquellas cajas de chunches y demás ideales que tengo guardados y despreciados en la esquina de mi cuarto, bajo la ventana, atrás de mi puerta, junto a la ropa que nunca más me pondré. Veo dicho desvergue, y me reclamo: "Mujer... desperdiciás tu tiempo". Mi más grande agonía (que drama e_e) es que todos los días al llegar al edificio, recuerdo eso. Lo más tonto, es que me sigo dando paja...

Necesito un loquero.