¡Que bonito!

Que bonito que las cosas cambien, y qué bonito es comparar cuando la transición ha sido para bien: mirar el ayer y el hoy, los triunfos que salieron de los errores y los logros que se mejoraron con un galardón. Aunque la palabra "comparación" no sea de mi agrado, tengo que aceptar que da placer, en cualquier caso que sea.

Que bonito que el cambio sea constante, y que avance sin darnos mayor cuenta. Y ahora, justamente ahora, reviso los dias de hace años hasta llegar acá: comparo. Esto me da fuerzas para poder volver a ver, con la esperanza que he dejado añejar en el baúl de los miedos, el azul celeste del horizonte deslumbrante, con el sol disipando cualquier sombra que pudiese confundirme.

Que bonito que las cosas cambien, y más cuando suceden sin previo aviso: que vuelva la confianza y la sonrisa a través de una guitarra y las manos bendecidas de quien me ha devuelto mi fe perdida. ¡Y qué cosa más bonita el futuro que quiero que sea! Todo lo que cueste, valdrá la pena, porque con paso firme llegaré otra vez a este día en el que tenga que comparar y revise otra vez mi punto de partida.